sábado, 21 de febrero de 2009

la llamada 2

5:10:00 p. m.

(...) Había hecho una promesa. Bella se merecía una vida. Me repetí estas palabras como un mantra, tratando de apartar mi mente de la seductora imagen de la ventana oscura de la habitación de Bella; la puerta a mi santuario. No había duda de que tendría que arrastrarme, si volvía. Eso no me importaba. Podría felizmente pasarme una década entera de rodillas si estuviera con ella. No, no, no. - ¿Edward? ¿No te importa siquiera por qué Alice ha ido allí? -No precisamente. La voz de Rosalie se volvió ligeramente pagada de sí misma, encantada, sin duda, de haberme sonsacado una respuesta. - Bueno, desde luego, no está rompiendo exactamente las reglas. Quiero decir, bueno, en realidad nos dijiste que nos mantuviéramos lejos de Bella, ¿no? El resto de Forks no importa. Parpadeé muy despacio. ¿Bella se había ido? Mis pensamientos rondaban alrededor de esa idea tan inesperada. Aún no se había graduado, así que debía de haber vuelto con su madre. Eso era bueno. Podría vivir a la luz del sol. Era bueno que hubiera sido capaz de dejar las sombras tras de sí. Traté de tragar, pero no pude. Rosalie soltó una risita nerviosa. - Así que no tienes por qué estar enfadado con Alice. - Entonces, ¿por qué me has llamado Rosalie, si era para meter a Alice en líos? ¿Por qué me molestas? Ugh! - ¡Espera! - dijo, sintiendo, correctamente, que podía volver a colgarle de nuevo. “¡Esa no es la razón por la que te he llamado! - ¿Entonces por qué? Dímelo rápido y déjame en paz. - Bueno…- dudó. - Suéltalo de una vez, Rosalie. Tienes diez segundos. - Pensé que deberías volver a casa - dijo rápidamente - Estoy cansada de aguantar a Esme afligida todo el tiempo a Carlisle sin reírse. Deberías sentirte avergonzado de de lo que les has hecho. Emmett te echa de menos todo el rato y me pone nerviosísima. Tienes una familia. Crece de una vez y piensa en algo más que en ti mismo. - Interesante consejo, Rosalie. Deja que te cuente una pequeña historia de una olla y una tetera… - Yo pienso en ellos, no como tú. Si no reimporta cuánto daño les has hecho a los demás, ¿al menos de importa lo que ha sufrido Esme? Ella te quiere más que le resto de nosotros, y lo sabes. Vuelve a casa. No respondí. - Pensé que una vez que todo esto de Forks hubiera terminado, te repondrías. - Forks nunca fue el problema, Rosalie - dije tratando de ser paciente. Lo que había dicho de Esme y Carlisle me había calado hondo - Sólo porque Bella – era duro decir su nombre en voz alta – se haya mudado a Florida, no significa que yo sea capaz de… Mira, Rosalie. Lo siento de verdad, pero, créeme, nadie se sentiría más feliz si yo estuviera allí. - Mmm… Ahí estaba, esa nerviosa vacilación de nuevo. - ¿Qué es lo que no me estás contando, Rosalie? ¿Se encuentra Esme bien? ¿Es Carlisle…? - Ellos están bien. Es sólo que… bueno, yo nunca dije que Bella se hubiese mudado. No hablé. Desaté una conversación en mi cabeza. Sí, Rosalie había dicho que Bella se había mudado. Había dicho: “En realidad nos dijiste que nos mantuviéramos lejos de Bella, ¿no? El resto de Forks no importa”. Y luego: “Pensé que una vez que todo esto de Forks hubiera terminado…” Así que Bella no estaba en Forks. ¿Qué quería decir entonces? ¿Bella no se había mudado? Entonces Rosalie volvió a hablar rápidamente, soltando las palabras enojada esta vez. - No quieren que te lo diga, pero me parece estúpido. Cuanto antes te repongas de esto, antes las cosas volverán a la normalidad. ¿Por qué dejar que te deprimas por oscuras esquinas de todo el mundo sin necesidad para ello? Puedes volver a casa ahora. Podemos volver a ser una familia de nuevo. Se acabó. Mi mente parecía rota. No encontraba sentido a sus palabras. Parecía como si hubiera algo muy, muy obvio en lo que me decía, pero no tenía ni idea de lo que era. Mi cerebro barajaba la información, buscando extraños enlaces entre ella. No tenía sentido. - ¿Edward? - No entiendo lo que dices, Rosalie. Hubo una larga pausa, equivalente a varios latidos del corazón de un humano. - Está muerta, Edward Hubo una pausa aún más larga. - Yo… lo siento. Tienes derecho a saberlo, vamos, eso es lo que creo. Bella… se tiró de un acantilado hace dos días. Alice lo vio, pero era demasiado tarde para hacer nada. Creo que habría ayudado, quiero decir, que habría roto su palabra, si hubiera tenido tiempo. Ella volvió para hacer todo lo posible por Charlie. Ya sabes cuánto se ha preocupado siempre por él. La línea quedó muerta. Me llevó unos segundos darme cuenta de que había sido yo el que había apagado el móvil. Me senté en el suelo polvoriento un rato, el espacio se había congelado. Era como si el tiempo se hubiera terminado; como si el universo se hubiese parado. Poco a poco, me fui moviendo como un hombre viejo. Volví a encender el móvil y marqué el único número al que me había prometido no volver a llamar nunca. Si lo cogía ella, colgaría. Si lo cogía Charlie, le sonsacaría la información que necesitaba engañándolo. Probaría que el chiste sin gracia de Rosalie estaba equivocado, y entonces volvería a mi nada. - Residencia Swan - respondió una voz que no había oído nunca. Una voz ronca y profunda de hombre, pero con un deje aún juvenil. No me paré a pensar en las implicaciones de aquello. - Soy el Dr. Carlisle Cullen”, dije, imitando perfectamente la voz de mi padre. “¿Puedo hablar con Charlie? - No está aquí - respondió la voz, sorprendiéndome un poco el enfado de su voz. Las palabras eran casi un gruñido. Pero eso no importaba. - Bueno, ¿dónde está entonces? - pregunté, poniéndome cada vez más impaciente. Hubo una pequeña pausa, como si el extraño quisiera negarme cierta información. - Está en el funeral - respondió finalmente el chico. Colgué el móvil otra vez.





0 comentarios:

Publicar un comentario

todas las noticias están sacadas de:
http://www.crepusculo-es.com/index.php
http://crepusculomeyer.com/